rutinas

Me levanté de malhumor, sencillamente porque no quería un nuevo día, era más cómodo refugiarse en el de ayer.
Se me fue despejando la cara de ojete, con la ducha, el desayuno y la orden de que no tenia sentido estar de malhumor por cosas inevitables.
Ok, hoy es un día nuevo, pongámosle una mejor cara.

Salí con la hora cronometrada, contenta porque iba a llegar justo a tiempo sin tener que tomarme taxi. (aseguro, ahorraría mucha plata si usara el transporte público).
Caminé hacia el metro.
Las rutinas (que yo tanto odio) hacen que ciertas cosas las hagas por defecto.
Sistemáticamente uno llega a su trabajo, pero en el medio hay una serie de acciones de las que no se tienen registro.
Mi cuerpo hace lo necesario, mi mente navega en otras aguas.
Y hoy no fue la excepción.
Llegué al metro, me senté y comenzó el efecto link + link.
Cavilaciones de no se que cosa, unidas con no se que otra...
Si, recuerdo que reflexioné en que las parejas ya no existen, que no se como ser fiel, que creo poder pero no se si quiero, me acordé de un mito griego que me encantó y no se ni dónde lo leí (voy a hacer un post de eso), que le tengo que comprar un regalo a mi mamá, que inevitablemente reflexiono de todo lo que me pasa, como una reacción a la acción, que me fascina indagar(me), que muchas veces no se quien soy, que muchas veces uno metaforsea, se cambia la piel por diversión o porque no queda otra, que me acostumbré a sufrir y no me importa, que soy tanto mas fuerte y más frágil de lo que creo, que hoy a la noche tengo que trabajar, que un amigo me dijo "fantasiosa" y tiene razón y me gustó que me vea así, que la realidad es extraña y que en un silencio aparente, uno puede vivir otras historias, otro mundo, que...

De repente la vi.
Se llamaba "San Joaquín"
Era la primera vez que yo estaba allí.
No era parte de la rutina.

Mierda! me pasé de estación de metro