vietnat

Como es de esperar tengo que hablar de mi fiesta de cumpleaños....
En verdad fue inolvidable en muchos sentidos.
En líneas generales la pasé increíble, mi borrachera no tuvo barreras y pasé por todos los estados de ánimo.
Vino muchísima gente, mucha que no había visto en mi vida, mucha que conocí hace poco y que tal vez aun no tengan título de amistad, pero ahí estaban con la mejor predisposición y ganas de divertirse.
Fue un festejo conciso en cantidad de horas, supongo que empezó muy temprano con litros de bebidas demasiado alcohólicamente fuertes.
Con mis roomates se nos ocurrió colgar un fibrón en una pared para dejar palabritas, empezaron ellas dejando dedicatorias y terminó media fiesta escribiendo frases de lo más variadas... (un recuerdo muy creativo)
Como soy tan pero tan extremista de la euforia descontrolada pasé al llanto incontenible y después a la risa interminable.
En un momento, entre todos los litros de alcohol que se divertían en mi sangre, me puse a pensar en mis amigos, en los de siempre, que tan lejos estaban y no podían compartir esa fiesta, la que siempre hice para ellos a través de los años... esa fiesta a la que faltaron por causa lógicamente mayor. Paso seguido me di cuenta que dos personas que yo consideraba muy importantes habían faltado y se me revolvió el estómago de decepción (sensación que troquela horrible en el alma, al menos en la mía). De nostalgia a decepción, de tristeza a enojo en un segundo, a reacción vietnat...
Pero, como mis ojos muchas veces miran blanco y negro... ahí estaba, la sorpresa, el cariño tal vez tan efímero como necesario, sentir hasta la inconciencia, esa experiencia que yo nunca desaprovecho y nunca me arrepiento de hacerlo.
y si! me divertí horrores, el saldo fue netamente positivo a pesar de haber vivido casi simultáneamente el sentimiento contrario.

Asumido
Hay cosas que me duelen demasiado por ser absolutamente sentimental.
Hay cosas que me llenan demasiado exactamente por la misma razón.
...