uno más

parecería que siempre digo lo mismo.
fines y fines de semana más que intensos.

el que pasó aun me cuesta procesarlo.

fui demasiado feliz.
escuché a uno de mis grupos de música favoritos.
la música llena y mucho.

el sábado a la tarde fui a pasear y me choqué con una especie de feria del libro.
entré.
siempre me pasa lo mismo con los libros, miro todas las tapas, leo todos los títulos que me llaman la atención, leo las partecitas de atrás, y, salvo los muy conocidos de los que ya tengo una idea, todos me dan intriga, de todos me imagino la historia y me visualizo leyéndolos, disfrutándolos. Ahí es cuando me agarra compulsión de comprar y comprar.
Se me acercó un sr. de esos que tienen cara de ¨experiencia¨, ni muy joven ni muy viejo, y me dice ¨srita. le recomiendo uno?¨
Yo: dale!. Y me indicó uno, diciendo¨son dos historias increíblemente románticas, le va a gustar¨. Fue tan ciega mi confianza que lo compré, en este instante no me acuerdo ni de los títulos, ni del autor, se que no lo conozco... ya comentaré al respecto.

compruebo una y otra vez que mi imagen no concuerda con quien soy, va, si, pero el contexto tiene un estereotipo muy marcado de quien debería ser quien... me refiero a que no podés usar minifalda y comprar libros, o más bien leerlos. Mi apreciación es tan estúpida como real, como esos hombres y mujeres que dicen querer compañías inteligentes, enérgicas, libres y bla bla (eso son sólo ¨deslices¨ que no pueden mantener en sus relaciones), después terminan juntados con amas de casa u hombres sobreprotectores y machistas, cambian rotundamente sus gustos y/o personalidad, y van acompañados hasta para ir al baño.

con la energía extraña que me quedaba el domingo, leí mucho, no las nuevas adquisiciones, las viejas pendientes, tal vez para meterme un poco adentro, para estar un poco conmigo, después de haber estado excedidamente afuera.

de todos modos
necesitaría un poco de naturaleza para contrarestar...