Temazcal

Desde el miércoles anterior que no paro, casi no duermo, pero no puedo ni quiero perderme nada.
y la verdad, cada segundo vale y valió la pena.

Voy a obviar muuuuuchos detalles para concentrarme en lo que caló verdaderamente en el alma, en el espíritu y en el cuerpo, todo así junto, en un tiempo sin tiempo.

El temazcal.

Es una especie de baño de vapor pero dentro de una especie de iglú, súper chiquito, donde se mete la gente sentada una al lado de la otra, yo lo hice con 5 personas perfectas, digo ¨perfectas¨porque a un par los acababa de conocer y no pudieron ser mejor compañía.
Llegamos a un lugar en las afueras de Taxco, una noche negrísima, llena de estrellas interminables. (me hizo a acordar mucho a las noches de camping en el sur argentino). Nos quedamos en traje de baño, nos llenamos el cuerpo íntegramente de barro y nos quedamos a la espera de lo que nos iba a pasar. Mucho fuego a nuestro alrededor, Luis y Gloria con sonrisas pacíficas.
Gloria se acerca, me dice : cuando estés ahí concentrate en vos misma hasta perder la conciencia del mundo, se puede, sólo tenés que manejar tu mente, cuando logres eso, te vas a conectar con quien tengas cerca, si sentís que te asfixiás, acordate en mi, vivilo¨
No pude hacer otra cosa que abrazarla, deberían ver la cara de esa señora para entender.

Nos pusimos en fila, cerramos los ojos y Gloria nos hace una ¨limpia¨con aromas encendidos, nos acercamos a la puerta del Temazcal, diciendo la palabra ¨ometeu¨ (o eso creo) que significa permiso.

Lo que viene después es indescriptible.

Luis que habla y nos guía, nos hace hablar a uno por uno, círculo en el medio y piedras volcánicas al rojo vivo, olores de hiervas de todas las clases que inducen a diferentes sensaciones, vapor, mucho, tanto para sentir como que el cuerpo explota, el aire no existe más y la oscuridad es infinita. Transpirás la vida entera, sentís la soledad más interminable y el contacto con el otro más puro del universo.

Yo tenía al lado a esos sres. de siempre, que son y no son, que son de vez en cuando, que son momentos...
nos enamoramos por ese tiempo, perdidos en ese contacto sin luz, creo que hacía rato que no recibía amor del bueno.

Yo siempre sentí que el sexo es una de las cosas más espirituales de la vida cotidiana, no el sexo de ¨garchar¨ese contacto único que se produce con el sexo opuesto, del tipo que sea, que es tan único como personas existan en el mundo... Comprobé una vez más, que no estoy equivocada, que aunque pocos lo entiendan, así es y por eso es tan importante que nunca falte.

El proceso de introspección es ¨groso¨, hiper, es cierto que el mundo se reduce a nada, a ese calor y esa oscuridad que te invaden hasta la inconciencia, es inevitable sentir ahogo por momentos, la temperatura llega a superar los cuarenta y cinco grados, pero también se puede controlar la sensación de abrir la puertita y salir, algo te hace querer quedarte...

Luego de permanecer más de una hora en esos varios estados, Luis nos indica el siguiente paso, debemos salir con la misma palabra de agradecimiento, de espaldas a la puerta, de la misma manera que entramos. Nos espera una pileta de agua HELADA para terminar la experiencia. Cuando digo helada no exagero, pero Luis dice: Hay que cerrar la boca y concentrarse¨
Se puede, lo juro, permanecí mas tiempo del que jamás creí soportar, otro momento, otra sensación indescriptible.

El cuerpo te queda más que suave por el barro y todo lo transpirado, la mente liviana y el carácter en paz, la limpieza es genérica, los suspiros son incontenibles y necesarios.

Nos invitan a un salón con té y trozos de frutas, volvemos en sí de a poco, charlamos entre todos y vuelta a la realidad, que aseguro,

se ve mucho mejor


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este es el significado posta:

El Temazcal con su forma de iglú representa al vientre materno de la madre tierra y de alguna manera lo que se experimenta es un renacimiento. La puerta representa al útero de donde salimos de nuestra madre y el entrar de nuevo es un acto sagrado de regresar por donde venimos al mundo, el interior oscuro, caliente y húmedo nos contiene y protege como el vientre de nuestra madre nos contuvo y nos protegió.